domingo, 23 de febrero de 2025

No me da la vida


No. No me da la vida.

Los 43 se me acercan sigilosamente, pero no me dan. Estoy llegando al punto álgido del agobio paralizante, o mínimo a la primera parada de ese sentimiento tan mío y tan habitual en las oposiciones,  en la sensación de que con tantos frentes abiertos no se sabe una para dónde tirar: temas, prácticas, programación, situaciones... Y a eso le sumamos claro, lo más mundano que tengo que sacar para adelante en mi día a día...

Siempre he necesitado días de 25 horas mínimo para escribir, pintar, vivir... ahora creo que de existir esos días "ampliados" no me darían tampoco. 

Que no, que no me da la vida, que el tempus fugit, esto es un ubi sunt y todos los tópicos literarios que podamos encontrar y por los que me entra mil dudas sobre mí y el universo que me rodea. Ergo existo,  pienso y siento, y vivo así sin vivir en mi.... 

Dentro de mi alma fue de mí engendrado... que sí, sr Garcilaso, ahí dentro de mí, escrito está en alma: tengo miedo. 

viernes, 7 de febrero de 2025

Todo sigue igual

He aprendido poco, me temo. Y he escrito menos, lo siento. 

Tras la actuación de aquella neurona moribunda en junio del 24 y un aplauso comedido del público- tribunal, acabé a fondo perdido en una bolsa de miles de ellas dando tumbos hasta la fecha. Seguimos a la espera en lo incierto, con junio25 en la mirá, pero todo sigue igual, que diría Julio. Y mal... 

He de reconocer que no es del todo cierto esa afirmación y que al menos hasta este justo momento, he contado con más motivación, más ganas, más ilusión. Mucho me ha ayudado... no me engaño: Yo misma mente y la fuerza que sé que tengo y puedo (bueno y  mi Henry y sus clases en las que tanto estoy aprendiendo...) .

Pero qué le vamos a hacer, tras un largo enero, ya estamos en febrero, el mes loco dicen, y yo voy perdiendo fuelle, o al menos me lo parece. En eso, lo reconozco, me ha ayudado bastante estar pendiente del sube y baja bursátil (no el de Wall Street, claro) y al tanto de ciertos grupos de whatsapp de interinos que desaniman a cualquiera que pase por allí cinco minutos...  

Tampoco es que  ayude la llamada soledad de la opositora, que no es un meme y claro que existe (como madre, casi cuarentaydosañera y periodista en paro también); pero tú y yo, lo sabemos: hay soledades peores. Sí, esas soledades que por un momento quiero pensar que no son reales y son fruto del cansancio de la moribunda o qué se yo; sin embargo no tengo evidencias últimamente de otra cosa, y para quien me conozca de verdad y me sepa leer entre líneas  (quizás alguien de Marte en la sala?) sabrá de lo que hablo y lo que siento estos días: que no me gustan los cambios y parece que vienen gordos, que de  vez en cuando me quito la venda por el exceso de happyflowers de mi nariz, que de to se cansa una y yo caigo del guindo alguna vez que otra decepción... Sabrá ese instruido marciano o marciana  todo eso y que realmente no me dura demasiado todo esto y pronto vuelva a las andadas, afortunadamente, supongo. Y lo sabrá como que el café a mí me gusta en taza, - sí es una manía tonta como todas- lo mismo la de que me valoren de verdad y no me lo pongan en el último vaso de cristal que tienen en la vitrina. 

Claro que, aquí, en Marte o en el espacio sideral de más allá no hay más ciego que el que no quiere ver ni leer y menos si vive con los ojos pegados al centro de su ombligo. O, en mi caso -que también puede ser-, al  mío. 

jueves, 23 de mayo de 2024

72 temas y una neurona moribunda


A menos ya de una treintena de días vista... No tengo mucho o nada  que decir, y menos de escribir. Sí, ya véis, amigos, aquí ando, en clave teatral, en quién me ha visto y quien me ve,- ya véís-  y  ni sombra de lo que era. 
Es en estos días cuando entiendo lo de círculo vicioso, concéntrico o no, - desconcentrado más bien-. que es donde continúo, en esta tragicomedia sombría shakeasperiana en la que actúo (y sigo repasando). Sigo pues subida en una montaña rusa más alta cada día y más profunda a la vez de la que no sé como bajarme, o en su caso: tirarme. . 
Sí, sobre la mesa, los papeles dispersos a la espera de ser representados por mí y solo por mí,  (dramatis personae en un tiempo dentro de otro y que yo no controlo) con mi capa - rota aunque disimulada- de mujer heroína y con fuerza a lo Tirso o a lo dramático a lo lorquiano.

En la mesa, lo dicho: aguardan 72 temas y una neurona moribunda.  

jueves, 11 de abril de 2024

Fuelle

 1. Fuelle. nombre masculino. Instrumento para recoger aire y lanzarlo con una dirección determinada, que esencialmente se reduce a una caja con tapa y fondo de madera, costados de piel flexible, una válvula por donde entra el aire y un cañón por donde sale cuando, plegándose los costados, se reduce el volumen del aparato.

Voy perdiendo fuelle, pero ahí sigo: intentando tirar y tirar de las piedras atadas en los tobillos en este tiempo. Ya no respiro, si a caso jadeo con dificultad. El camino se hace, sí, se me está haciendo demasiado angosto y lleno de una maleza tan compacta que no logro esquivar por más que mis manos las apartan. El suelo parece hecho a posta con un empedrado de espinas finas y punzantes y donde me sangran los pies, a borbotones,  por más tiritas que intento ponerme cada día. 

martes, 26 de marzo de 2024

Varadero

Varadero: 1.m. Lugar donde varan las embarcaciones para resguardarlas o para limpiar sus fondos o repararlas.

Sigo varada. Mis ojos no ven más allá del lodo que me retiene en la orilla de siempre. Ni siquiera sé si respiro por la nariz o sigo muriendo por la boca. Puede que haya días y días, mejores y peores, - eso dicen y eso me digo-, pero lo cierto y verdad es que cada día que pasa, me pesa más para salir a flote; como si de mis articulaciones anudadas llevara unas rocas que crecen por horas, que tiran con una fuerza imparable para ningún arrecife, coral o alga que se precie: mi cuerpo sigue la inercia directa hacia lo desconocido y profundo, a lo más caótico y negro de este mi mar incierto. 

jueves, 11 de enero de 2024

La culpa es yo

"La Culpa es yo". En su momento, la frasecita de Diego, Fiti y compañía en la mítica serie Los Serrano, chirriaba (tal vez sintácticamente hablando, que se noten las horas de estudio) y sobre todo sonaba a chiste o a gracieta absurda de estos personajes. Sin embargo hoy me viene rondando la cabeza tal vez porque dentro de mi mundo incierto le saco punta y le encuentro sitio y aplicación directa. 

Cuántas veces escuchamos, o nos decimos, la culpa no existe. Llamémosla responsabilidad, llamémosla vergüenza, digámosle miedo social… o definámosla como un producto más de la autoexigencia. 

Porque claro queremos, - o quiero-, controlarlo todo; quiero estirar nuestro tiempo y hacerlo todo bien, como se espera, - y como espero- , estar siempre presente y que nada cambie, que los que están cerca – los míos- estén bien en todo, bien atendidos  y bien cuidados por mí, en casa o fuera, en todos los aspectos del día a día… Pero claro, en volviendo a lo incierto, no sólo tengo, - necesito- llegar a todo sino llegar a mí y tener tiempo y cabeza para “ponerme en orden” (concentrarme, estudiar en mi caso hoy El Lazarillo o El Quijote, casi ná'; revisar las ofertas de empleo; los malditos cursos de actualización…). Llegan ahora los “y si…”: y si no llego a todo, dudo qué estoy haciendo o si voy realmente a  conseguir mejorarlo,  y si algo falla por h o por b, porque estoy agotada, porque los días por más que quiera no tienen 25 horas al menos…  pues entonces vuelvo al “Catapún, ¡patas arriba!”

Sí, culpable. Lo soy, lo reconozco. Caigo en la trampa de la autoexigencia que diría Cirujana Emocional, y agota por más café que me tome. Porque  ahí está “la culpa es yo”, está en mí, no en nadie más, ni en los míos ni en los de más allá.  La culpa es yo igual que la felicidad está en una misma nos lleva a la misma salida para aliviarnos: cambiar el chip que decimos en lo coloquial (ahí, repaso de Lengua oye) o más algo que no sé como se hace pero suena muy bien “gestionar el yo” por no decir, a lo Fiti y sin paños calientes “cambiar el yo” o …  

                                                                              ¡A la mierda! que diría aquel...       

                                                  (también las cien palabras, que ya me pasé otra vez...)

martes, 9 de enero de 2024

Bienvenido, tiempo incierto!


¡Patas arriba, esto es un atraco!- gritaron desde la puerta, preparando la patada.
Y  a mano armada y yo...- contesté perdiendo fuerza para pararlos.

Y yo... - ahora sí- 
                             con el pecho al descubierto, colgada cabeza abajo durante este tiempo incierto.


Bienvenidos pues a mi tiempo incierto. Abro aquí una  nueva ventana  a la blogosfera, tal vez sea por muchas de las cosas que dicen o escucho últimamente no sé si de mí misma incluso. 
(Abro guiones)
- Una siempre vuelve adonde fue feliz... y yo con mis blogs, en aquellos momentos en que emergían con fuerza sencillamente lo fui. Que sí, sí ya sé, aquello fue la "prehistoria" ante la "vorágine  socialmedia" y vida de infarto que llevamos y yo necesitando "actualizarme". Catapún, patas arriba! 
- Escribir para sanar y yo hubo tiempo en que escribía hasta poesía por desahogo (y no lo hacía mal, oye). Claro, la escritura terapeútica y que yo abandoné pintando para casi lo mismo, y ahora  catapún": patas arriba...
Situación actual, muchos frentes abiertos: periodista en paro (tras 16 años anquilosada en el Clipping), intentando opositar para profesora de Lengua y Literatura (tras 13 años sin hacerlo, sin tenerlas todas conmigo, actualización educativa urgente), haciendo cursos actualizadores, sobrellevando la maternidad (y lo que conlleva para una el "puto instinto") con dos niños que son un amor pero demasiado inquietos e intensos... Sí siempre he sido bastante activa, siempre he salido airosa ante mil cosas, proyectos, situaciones, trabajos. cursos, etc. en los que me he metido, pero creo que no me sentía tan agotada como ahora, tan sin sentido, tan "inservible"... Ay serán los 40... Sí, aquí también: catapún, patas arriba
- Sentirse sola entre la gente y en el proceso. Ya se va leyendo aquí: se aglutinan demasiados sentimientos encontrados, demasiadas dudas, demasiados interrogantes, incertidumbres internas que.. que me aburren hasta mí, así que sí tal vez esté bien irlo soltando por aquí sin necesidad de aburrir a los muchos y muchas que están a mi lado, con sus vidas, pero pendientes de cómo lo llevo... ( sí, soy afortunada y mucho, lo sé... ya me veis, ando muy perdida pero,  lo sabéis: gracias). 
... 
- Catapún, chimpún: una tarde tonta la tiene cualquiera. 
(Cierro guiones) 

Sea como sea, lo cierto es que, - como comprenderéis queridos lectores-,  en este tiempo incierto y su paradoja todo está por definir: no sé si este nuevo blog se quedará en esta tarde de lluvia o conseguiré escribir con alguna asiduidad las cien palabras que me he propuesto (y ya me he pasado) para soltar lo que me ronde por esta cabecita mientras me dedico a ¿poner en orden? bajar del árbol, ¿caer del guindo? cabeza arriba y ¿los pies en el suelo?... 
                                                                                                                     A vivir, sólo eso. 

No me da la vida

No. No me da la vida. Los 43 se me acercan sigilosamente, pero no me dan. Estoy llegando al punto álgido del agobio paralizante, o mínimo a ...